lunes, 31 de octubre de 2011

La realidad del ser

La realidad de ser. La conciencia de ser es privilegio del ser humano entre los seres vivos que no son hipótesis sino realidades básicamente evidentes a nuestra experiencia y a nuestro humano conocer. Nos conocemos a nosotros mismos a pesar de lo mucho que nos ignoramos. Existimos como individuos en la intimidad de nuestro ser aunque nuestra existencia está sujeta a la realidad necesaria e indispensable que nos da origen y nos mantiene y nos sostiene como células vivientes del fenómeno humano como entidad social. En el siglo XXI estamos maravillados de nuestra integración global extraordinaria en los anales de la historia gracias a la intercomunicación informática cuya base es la tecnología en avanzada con todos los inventos que manipula el hombre y la ciencia de la materia y la energía en todas sus dimensiones.
La conciencia de ser tiene una dimensión espiritual cuyo valor parece estar al margen de la realidad actual abarrotada de tecnología en el marco de la preocupación económica al servicio de la productividad y el consumo de nuestra cultura con tendencias deshumanizantes y deshumanizadoras con respecto a los valores espirituales de la dignidad y la misión trascendental del destino del hombre. Sobre todo los valores morales parecen relegados en su efectividad social al punto de que el terrorismo parece estar a la vanguardia de la destrucción humana a nivel familiar y universal en la familia humana. No es verdad que carecemos de recursos espirituales cuyo influjo en acción nos hace capaces de equilibrar este desorden que nos amenaza con la destrucción y la aniquilación de nuestra especie sobre la faz de la tierra.
Necesitamos ser conscientes a nivel individual y social precisamente de eso, del amor y el respeto a la tierra y a nosotros mismos como individuos como sociedad y como especie humana. A pesar de que nuestra movilidad geográfica nos desarraiga de nuestra propia tierra donde nacimos y de la que tecnológicamente nos lanzamos hacia el espacio y todo el universo, el amor a la tierra y al terruño deberá hacernos conscientes de nuestra lealtad y orgullo por la madre tierra de donde nacemos, viniendo de ella a donde volvemos al cumplir la misión de nuestra existencia. Nos es necesario el carácter que requiere delinear en todos sus niveles el ideal de la realidad y la realidad del ideal de una economía no solo materialista sino humanitaria y global por el bien de todos como especie, valorando la jerarquía de realidades superiores en la gama de nuestros valores y su trascendencia social y espiritual. Y necesitamos urgentemente tomar en cuenta la sabiduría que a fin de cuentas es el alma mater de la naturaleza a la que pertenecemos y de la que aprendemos el sentido de la dignidad humana y la posibilidad de la esperanza inspirada en la fe y en el amor del triunfo de la paz y la posibilidad de un humanismo trascendente hacia la vida eterna que se logra como milicia en el ámbito existencial del tiempo y el espacio en que vivimos. Los valores esenciales de libertad y responsabilidad del bien de todos en la dimensión total del hombre no nos pueden programar sistemáticamente hacia la autodestrucción de la persona humana con sistemas totalitarios que esclavizan al hombre. El ser humano se realiza en el contexto de su libertad y dignidad humana ante Dios y delante del espectáculo de todo el universo.
La realidad del ser
La relatividad y el absoluto
Humanas y divinas dimensiones

Ser en el mundo un mundo de existencia
La realidad del ser, sus dimensiones,
Es conciencia de ser entre los seres
Evidente verdad de la experiencia.

Nos conocemos a nosotros mismos
A pesar de que más nos ignoramos,
Hoy en forma global nos integramos
Si evitamos caer en el abismo.

Realidad necesaria e indispensable
Da origen, nos mantiene y nos sostiene,
Fenómeno humano y entidad social.

Anales que son cumbre de la historia
Inventamos conciencia de la ciencia
Y en el siglo XXI integración global.
Humanidad,
Integración global
Nos mide Dios.
La realidad de ser
Evidencia del ser la conciencia de Dios
Beatífica visión de Cristo el único que le conoce y lo da a conocer

Fuente eterna de amor, plena alegría,
Divina perfección jamás se inmuta
Sin defecto en su ser que se le imputa
Siendo verdad de la sabiduría.

Es necesaria a todos y es la ruta
Más allá del no ser que es fantasía,
Su ser, en realidad es poesía
La conciencia de Dios que es absoluta.

Cristo camino de su eterna vida
Divina realidad al tiempo inverso
Y al ser divino su existencia unida.

Más profundo que todo su universo
Su intimidad de ser, su ser inmerso,
La conciencia de Dios es su guarida.
Luce a la cara,
Su eminencia de ser
El ser de Dios.
Al Señor de la riqueza
No es posible servir a dos señores
Incompatible Dios en su poder idolatría el dinero

A dónde va la humanidad sin Dios
En busca de soberbia axiología
Absurda realidad y error atroz
Adorar tan falaz idolatría.

Ejes que ruedan del abismo en pos
El dinero es maldita fantasía
Falsedad de poder y arca vacía
Que ignora señorial la eterna voz.

Hay un solo Señor de la riqueza
Con eternos principios y valores,
Imposible servir a dos señores.

Su verdad que es total no admite errores,
Trabajar, todo el tiempo le interesa
Eligiendo ser rico en la pobreza.
Poder de Dios,
Su divina pobreza
No ama el dinero.
Premisa de la fe
Logística del ser la lógica del hombre
Y axioma de la realidad la metafísica del ser

Su ser sin contingencia es la verdad
Uno solo no más, sin multitud
Es axioma de ser su realidad
Necesario absoluto en plenitud.

Llevamos en nosotros tal misterio
De la luz de la paz y su reposo
Y encontramos divino refrigerio
A la sombra del Todopoderoso.

La conciencia de ser es nuestro tema,
Dios, negación eterna de no ser
El hecho de su ser que es menester.

Su afirmación de ser no es un dilema
Para Él, ni tampoco es un problema
Necesario absoluto en su poder.
Amor eterno,
Ontología de ser
Es su poder.
Sonido de la Gloria
Invencible al luchar es nuestra fe
y el honor de la gloria

En mis oídos la inmortalidad
Supremo el éxtasis a la agonía
Y en la cumbre del ser y la verdad
El amor que es un himno de alegría.

Transparente en divina claridad
El alma se convierte en poesía,
Nací en el tiempo y creo en la eternidad
Seductora en humana alegoría.

Ven sonido inmortal, sonido egregio
Que profundo en el alma suenas regio,
Se el eterno presente en la victoria.

Desvanece el adiós, final arpegio
Pasado y el futuro en la memoria
Ante el triunfo divino de la gloria.
Callado arpegio,
Resuena en la victoria
Eterna gloria.
La sonrisa del bien
La ternura del bien sonríe espontáneamente
En la posibilidad del semblante inocente en sus labios infantiles

Ante el bien que es verdad del corazón
Existe el mal, la humanidad se apura
Porque el mundo prefiere la locura
Del terror que no tiene compasión.

El poder superior de la razón
Es mentira que acaba en la basura
Se impone la verdad que lo asegura,
Triunfa el bien sobre el mal y la traición.

No sabe que su triunfo es su derrota,
Malamente destruye y todo azota
La maldad atrevida que se ríe.

Lealtad del ser supremo se sonríe,
Divino bien, su inconmovible roca
Sabedor sabe el mal que le provoca.
Una sonrisa
Ante el mundo del mal,
Dios lo conjura.
Propósito de Dios
Divina maravilla se propone y lo dispone
Cristo es gloria de Dios honor y plenitud del hombre

Propósito del hombre y la mujer
Más importante que saber quién eres
Ha de ser realizar quien debes ser,
Nada importa si vives o te mueres.

Propósito del hombre es su deber
E importa sobre todo lo que quieres
Cumplir como misión y es menester
Que espera el ser de Dios, ser de los seres.

Propósito Creador su corazón
Y el dolor redentor del Salvador
Cuya muerte es divina redención.

Propósito de Dios es el amor,
Escucha lo que dice la Creación
Y el poder de la gloria por su honor.
Propone Dios
Lo que su amor dispone,
Ser Dios y hombre.
La lealtad conyugal
Varón y hembra el hombre
Lo que Dios une no lo separa ni el hombre ni el demonio

Unido en matrimonio a Dios bendigo
Por darme compañera tan hermosa,
Me siento bendecido de tal cosa
Lealtad me obliga como fiel testigo.

La lealtad conyugal es fiel amigo,
Con su fuerza divina y poderosa
Pido a Dios que me cuide de mi esposa,
Deslealtad conyugal es enemigo.

Sin dejarme caer en el abismo
Pido a Dios que me cuide de mí mismo,
Porque quiero que seamos bendecidos.

Que abunden bendiciones, sean inmensas
La paz de la amistad sin cosas tensas
Y el fuego del hogar siempre encendido.
Amor conyugal
Bendecido por Dios
Ante El unidos.
Grandeza del terruño
Cenizas del terruño resucitan mi ser
No muero para siempre

Balbucir de la luz mi infancia veo
Visionario de fe, fuente de gloria
Invencible en su cumbre la victoria
Mi corazón, entrañas de Apaseo.

Grandeza de mi pueblo en ella creo
Que mi vida es más grande que mi historia,
No me arranques jamás de tu memoria
Amanecer de Biblia en Dios te leo.

Reloj del tiempo el corazón palpita
Y el ser que debo ser voy persiguiendo,
La dicha de existir me va siguiendo.

Eternidad morir jamás lo evita
Y un puño del terruño eternamente,
¡Resucito, no importa balbuciente!
Mi amor palpita
Cristiano de Apaseo,
Fe en mi deseo.
Terruño de siempre
Pequeña y gran ciudad
Y municipio de Apaseo el Grande

Nacer del universo que se expande
Sabinos, bosques, huertos al momento
Formidable explosión para que ande
Y el ojo de agua de mi nacimiento.

La luz primera de mi pensamiento
Te contemplo terruño Apaseo el Grande,
Renovado al sentir tu crecimiento
Las cosas van a ser como Dios mande.

Eres joya del alma tú Apaseo
Popular tu barroco de las plazas
Y grandioso barroco la gran casa.

Por tus calles de siempre, vuelven, pasan
Tantos seres queridos que no pasan
Y el recuerdo futuro en que te veo.
Que vigoroso
El amor al terruño,
En mí no muere.
Frente a la casa grande
Alma de la mexicanidad
Barroco hispano mestizo de Apaseo

Eres tierra de Dios en la que creo
Y a pesar de que no me lo merezco
Es sí y es no que a ti te pertenezco
Terruño mío y pueblo de Apaseo.

Al Creador y Señor de mis deseos
Con mi humana existencia le agradezco
Ser visión del momento en que aparezco,
Andador de Galeana en que me veo.

Aquí nací frente a la casa grande
Dos meses más y días mi aniversario
Dos mil once, reloj en el horario.

Soy hombre contingente y ordinario
Que adora al absoluto y necesario,
Para servir a Dios en cuanto mande.
El ser pequeño
Es grandeza del hombre,
Sirviendo a Dios.
Razón de fe nos resucita
La realidad de ser es que nada tenemos que no hayamos recibido
Y es el don de la fe lo que nos resucita

Ya de mí la materia desalmada
Me deja así la realidad ausente,
Sin pasado o futuro en mi presente
De polvo y de ceniza quedo en nada.

Certeza en mi saber solo es creer
Que en el alma persista mi presencia,
La razón se me apaga y la existencia,
¿Podre encontrar mi realidad de ser?

Más allá de la muerte queda visto
Ser poder de su amor que resucita
La realidad de ser, ¡la encuentra Cristo!

Por la misma razón, El nos invita
A creer para ser en realidad
Divina dimensión de eternidad.
Realidad de ser
Cristo, vence la muerte
Y resucita.

Trilogía del Poema del Hombre

Trilogía del Poema del Hombre
Proemio a la Trilogía la adoración de Cristo
Cristo es la perspectiva de Dios y el destino del hombre como estética de la belleza en el mundo de la Creación y definitivamente de la Revelación. El es su eterna inspiración encarnada y glorificada en la naturaleza de Dios y en la del hombre, no hecha sino realidad de la sustancia de su ser personal, convertida en la expresión de su Palabra excelsa, divina Poesía y el Salmo de los salmos de su amor y de su vida.
El Ave Fénix de la inmortalidad es una bendición que exalta al hombre hacia su grandeza más sublime de su destino que viene a ser el triunfo de la humillación profunda de su muerte. El hombre del siglo XXI particularmente cuenta con todos los recursos de la Cultura y de la Historia universal del espíritu del ser humano en persistente búsqueda. Su sedienta certeza trata de encontrar una respuesta incuestionable en el tiempo con relación a su inquietud, más que instintiva arrancando de la fe cuya raíz más profunda nace del alma aspirando a lo eterno. Este impulso del alma pertenece al hombre en ambos ámbitos de su destino en el orden de la naturaleza como en el orden sobrenatural. El imperativo categórico superior a la fe de la razón y a la razón de la fe trasciende de lo humano a lo divino de su destino, epopeya del yo humano hacia el Yo divino.
La adoración de Cristo
La plenitud de Dios florece en la Creación
Como hipóstasis de lo humano y lo divino en la totalidad de Cristo
Un segundo del tiempo eternidad
La conciencia de Dios en mi conciencia,
Soberana y eterna su presencia
De su reino profunda intimidad.

La persona de Cristo en realidad
Infinito del ser, su íntima esencia
Y eternamente toda su existencia
En las entrañas de la divinidad.

Nadie más, solo El con El y por El
Absoluta y total resurrección,
Dios con nosotros, divino Emmanuel.

Elegido en la cumbre de Israel
Y elocuente con toda la Creación,
Su presente en eterna adoración.
Dios adorable,
La adoración de Cristo
Es inefable.
Primer escenario. En contraste con la resurrección de Cristo que sin convertirse en cenizas resucita a la inmortalidad el tercer día después de su muerte el símbolo del Ave Fénix que resurge de sus cenizas en un vuelo inmortal viene a expresar el contraste del instinto del alma que identifica sus aspiraciones en el contexto paralelo de Paganismo y Cristianismo.
El Ave Fénix
Instinto de lo eterno
Cristianismo y Paganismo en raudo vuelo

Noción de ser para extinguirme luego
En el cóncavo lado del reverso
De donde nace todo el universo,
Mi vida es rio de la luz y el fuego.

El Ave Fénix vuela en mis cenizas,
Y en la voz del poema de mi verso
Me quedo con la paz y el viento terso,
La muerte en el olvido no me pisa.

Raudo vuelo inmortal de mi alma viva,
Trascienden los espacios más bonitos
Las alas de mi ser lo más arriba.

Sublime eternidad del infinito
No me extingo en verdad, y fue mentira,
Mi vida no se acaba cundo expira.
Lo más arriba,
Infinito el amor
Que nunca expira.
Segundo escenario. La aspiración a la inmortalidad es el contraste del realismo crudo del ser humano que está sujeto a esa realidad de lo temporal en cuyo contexto todo lo que nace termina por morir. El ideal de una vida ideal capaz de convertirse en realidad sin morir o más allá de la muerte no repugna a la axiología de preferir el ser al no ser, el existir al no existir y el vivir al morir. Y Cristo en el contexto de la fe, la esperanza y el amor ha dicho que quien cree en El no muere para siempre.
La inmortalidad
Aparte de la fe el instinto de la belleza
Hace al hombre inmortal

Deja las riendas de la luz del sol
En el carro de todo el universo
Y pisa las estrellas de regreso,
Luzca eterna su luz el gira sol.

Silencio musical en si bemol
En la sangre que fluye de mi verso,
Si espíritu del alma no está preso
Corra el rojo en sus venas del patol.

La eternidad afirma que florece
Sublimando al hombre espiritual
Su lacra de morir y ser mortal.

El alma libre se rejuvenece
De eterna libertad que no envejece,
Sabiendo que el amor es inmortal.
No se marchita
La luz del universo,
Inmarcesible.
Tercer escenario. El nombre de Dios es el signo del Todo poderoso. Lo que parece imposible para el hombre es posible para Dios. La idea de ser como Dios ha sido el desafío rebelde de no servirle según la expresión de la fuerza del mal expresándose de esa manera no serviré. Sin embargo el mensaje más trascendental de Cristo ha venido a ser hacernos participantes de su vida divina que comparte con su Padre que lo ha engendrado y con El mismo que es el Verbo y la Vida de Dios y también con el Consolador que es el Espíritu en persona de su amor eterno.

En el nombre de Dios
Que bendiga la Creación con vida eterna
El Padre Cristo su Hijo y su Espíritu de Amor

Tú en nosotros, por eso te sentimos
Y somos uno en Ti, ningunos otros,
Tú siempre estás en medio de nosotros
En tu nombre Señor si nos reunimos.

Te escuchamos hablar y percibimos:
Yo estoy aquí en medio de vosotros,
No somos más salvajes como potros
Y humilde el corazón, te bendecimos.

Compartimos la mesa, el pan y el vino
En tu nombre Señor por ti reunidos,
Con ojos de la fe en nuestros oídos.

Eres Dios con nosotros don divino,
Tu amor eterno nos mantiene unidos
Recordando que estamos redimidos.
Ahora y siempre,
Yo estaré con vosotros
Eternamente.
Navidad feliz sigloXXI
Corolario
La existencia del nacimiento de Cristo es necesaria a esta Trilogía del Poema del Hombre de la misma manera que la Navidad tiene como esencia el nacimiento de Cristo. A manera de Corolario termino este breve poemario que justifico al final en el contexto del eterno infinito sin principio ni fin en la trascendencia del tiempo hacia la eternidad a la que pertenece el hombre en el Yo divino.


Navidad feliz siglo XXI
Cuerpo de Cristo maná de los cristianos
Leche y miel de la tierra prometida

Compartamos la tierra prometida
Navidad en familia es Emmanuel
Dios con nosotros con sabor a miel,
Divina leche que nos da la vida.

Compartamos de Cristo la venida
Gloria en los cielos lo proclama a El
Que ha nacido en Belén rey de Israel,
Reine la paz y triunfe bendecida.

Compartamos divina la amistad
De Dios niño por una eternidad,
En medio de esta noche eterno día.

Compartamos de Dios su intimidad
Que nos llena de gozo y alegría
Del manantial de su sabiduría.
Del Niño Dios
La tierra prometida,
Sabor a miel.

La Persona de Cristo y sus dimensiones

La Persona de Cristo y sus dimensiones. La Persona de Cristo sintetiza la realidad total de ser. La esencia y la existencia de su ser como la luz es lo más sencillo de ver y de experimentar para quien tiene el alma llena de fe tal como El sorprendentemente la encontró en quienes menos era de esperar. El conocimiento introspectivo de Cristo conociéndose a sí mismo es el punto de partida de su ser personal y fue y será lo más luminoso y evidente que pudo existir sobre la faz de la tierra y bajo lo más alto de los cielos hasta el séptimo cielo. La buena nueva del Evangelio particularmente es fuente reveladora del conocimiento personal de Cristo acerca de sí mismo sabiendo que sobre todo en El de la abundancia de su corazón habló su boca y se puso en acción toda su persona haciendo que se dijese de Él, todo lo ha hecho bien. En El mejor que en nadie es verdad aquello que dijo del reino de Dios de que está dentro de vosotros. La sencillez de Cristo corre a la par con la de Dios y humanamente como hombre se identifica en su humanidad, siendo así la verdad misma como Dios y como hombre. Solamente el corazón de su Madre con la luz peculiar del Espíritu de Dios se parangona con el conocimiento que Cristo tuvo de sí mismo según la observación de que ella guardaba todas sus experiencias de Cristo en su propio corazón. Cristo es la autenticidad de sí mismo en Dios como Dios que es y en el hombre como la expresión más perfecta del ser humano. Todos los seres humanos compartimos con El lo perfecto del hombre universal primogénito de la Creación y realidad sublime de todo el universo. Por eso debió decir como lo dijo con toda verdad ser El la luz del mundo, sal de la tierra y el camino, la verdad y la vida hacia la vida eterna que comparte con su Padre en la cumbre de la verdad y del amor infinito que es la vida de Dios expresada en su Palabra que es el Verbo, la elocuencia de la divinidad. El cielo y la tierra pasarán pero mi Palabra no pasará. En Cristo, en su persona predomina su determinación de ejercitar una humildad absoluta al entregarse a la humillación de una muerte inimaginablemente cruel y humillante muriendo ignominiosamente sentenciado a la muerte de la cruz. Este escándalo que escandalizó a sus discípulos y casi a todos sus seguidores fue profetizado y vino a ser el hecho inenarrable de su testamento inolvidable memorial de su muerte y su resurrección. El misterio de la Eucaristía es la evidencia real de su presencia redentora y vivificadora que lo convierte en expresión absoluta del amor eterno en el que el hombre se alimenta del ser divino que no solo vive de pan sino de la Palabra de Dios que es pan de vida eterna. El realismo de sus palabras es tan real que confrontó la objeción y la duda con la alternativa de un rompimiento total o la determinación de aceptación total expresada en sus términos como la gran pregunta de a quien iremos, solamente Tú tienes palabras de vida eterna. Todo es grandioso en Cristo pero la nota más alta en el cántico de su grandeza es sin duda la inmensidad de la virtud por excelencia que es el amor. Y el momento supremo del amor anunciando su partida es enviar al Consolador en persona que personifica ese amor que procede de la relación del Unigenito de Dios con su eterno Padre. El dará testimonio de la obra de la salvación ilustrando a plenitud las enseñanzas de Cristo en el misterio de su cuerpo místico en el que Cristo es la vid y nosotros sus sarmientos. Solamente unidos a El daremos frutos de vida eterna.
El plan de Dios
Secreto maravilloso el plan de Dios y su gloria
La Creación admirable renace se humaniza y se diviniza en Cristo

Ser divino engendrado de Dios Padre natural
Cristo es hipóstasis humana en la divinidad
Cuerpo y alma en su persona divina intimidad
Naturaleza pura el hombre más espiritual.

Ser divino que en cuerpo incorruptible fue mortal,
Cristo nació, murió y resucitó a la eternidad
Plenitud de luz divina para la humanidad,
Es la gloria de Dios y de la Creación inmortal.

Cristo es el ser humano que todo diviniza
Como Dios es Creador con su Padre y reorganiza
Y el tiempo lo hace eterno haciendo que no muera.

Cristo es el ser divino que todo lo humaniza,
Y es la fe del amor que termina al fin la espera,
Hombre y Dios gozo eterno del todo a su manera.
Es Dios y hombre
La plenitud de Cristo,
El plan de Dios.
La persona de Cristo
Cristo en persona eternidad del tiempo
Verdad de Dios y corazón

Es el hijo de Dios en su pureza
La persona de Cristo que es divina
Y su amor ante el Padre no declina
Siendo dueño de dos naturalezas.

Su eterno Padre en la raíz no cesa
Ser solo un Dios, el manantial y mina
Verdad y amor a Cristo le origina,
Tres personas, divinas se interesan.

Cristo en persona se ha dado a conocer
Dios y hombre unidos en su ser,
Divino el corazón como la mente.

Paternidad divina en plenitud de ser
Y amor eterno en persona al proceder
La existencia de Dios eternamente.
Gloria de Cristo
Resurrección del hombre,
¡Dios nunca muere!
Cristo el único Maestro
Nacimos para Dios absoluta verdad y amor eterno
De nuestro ser total que nos admite o nos rechaza para siempre

Divino Maestro conoce el ser total en sus entrañas
Sabiduría de Dios y Maestro de toda la existencia
Solo El capaz de dar a conocer a Dios y su presencia
Testigo fiel de amor y de verdad ni engaña ni le engañan.

Eternidad de Dios con Cristo lo más alto en la montaña
Divina filiación del Padre un solo Dios en esencia
Comparte en realidad profundidad del ser en la conciencia
Pureza de la luz, claridad evidente que no empaña.

Cristo es juez de vivos y muertos en la humanidad entera
Y juzga al fin de cuentas cara a cara, precisión certera
Sentencia sin engaño el daño o el amor real en su balanza.

Sabe donde como cuando y porque lo que sucede donde quiera
Libertad gracia y destino ser o no ser más que quimera
La realidad al fin Dios sí o no y la sentencia, perentoria alabanza.
Felicidad
De la eterna alabanza,
Dios sí o no.
En pos de Cristo
Venid en pos de mí siguiendo a Cristo
Que es tomar su cruz como toma la nuestra

Divino acontecer del universo el caso
El es la vida eterna, híper cósmico Cristo,
Sus ojos ven el tiempo como nunca han visto
Y ve el amanecer del alba y el ocaso.

Y el reino de los cielos acontece a plazos,
Trasciende Dios el cosmos de su ser provisto
Que en toda profecía todo está previsto
Y divinas cosas no pasan al acaso.

Hijo de Dios y el hombre, su antropogonía
La plenitud de Dios, su vida la vivimos
Y en el tiempo es eterna teogonía.

Desde el momento eterno cuando le seguimos
Gracia por gracia en Cristo todo recibimos
Compartiendo con El su eterna teofanía.
Vengan conmigo,
A donde Yo este
Mis seguidores.
Ante la ambición de Cristo
Yo soy la vid y ustedes los sarmientos
Primogénito de la Creación y el Unigénito de Dios

Profunda intimidad que Dios entiende
El sumo bien donde su amor anida
Divina eternidad que es su guarida,
El ser inextinguible en que se enciende.

Mi ambición de morir vivir pretende
Ver el sol en la cumbre de la vida
Tras la luz del ocaso en mi partida,
Nadie más, solo Cristo me comprende.

Si el universo fue una maravilla
Verdad de Dios la luz, brilla sencilla
En la cumbre del ser de su existencia.

Plenitud del amor gloria en semilla
Dios exalta a Cristo que se humilla,
¡Todo es nada ante Dios en su presencia!
Vid y sarmientos
Es Cristo el Viñador,
¡De Dios la viña!
¿Porque me buscabais?
Siendo Hijo de Dios y del Hombre no vino a ser servido sino a servir
Cristo es el siervo del reino donde servir es reinar

La voluntad de servir al Padre se apresta,
Adolescente su carácter ha ostentado
Cristo en el Templo, por sus padres encontrado,
No es irónica su pregunta por respuesta.

Treinta años en familia la mayor encuesta
Del tiempo de su vida en que se ha ocultado
Hijo del carpintero, como le han llamado,
La vida pública y después la cruz a cuestas.

La voluntad del Padre siempre reconoce
Unido a Él, y a cuantas cosas le conoce
Siendo mente de Dios y su sabiduría.

El reino de los cielos, culto de latría,
Le exige Redención y gloria que porfía
Por el honor de Dios y la Creación que goce.
Es mi deber
Servir y honrar mi Padre
Hasta la muerte.
El triunfo de Cristo
Yo he vencido al mundo con mi muerte y mi resurrección
Quien cree en mí no muere para siempre

Soy Hijo natural de Dios, y Cristo es mi nombre,
Siendo Judío Yo soy el buen Samaritano
Y el hijo pródigo ante el Padre por cada hombre
Que amo como a mí mismo, de verdad mi hermano.

Camino, verdad y vida miro que me nombren
Redimo con mi sangre remedio soberano,
Me apropio los pecados del mundo, no se asombren,
Soy reo responsable de todo ser humano.

Por todos doy la vida y muero, soy fiel amigo,
Con los cielos abiertos del Todo poderoso
Resucito a la gloria venciendo al enemigo.

Vencer la muerte y el pecado es lo más hermoso
Y en verdad no muere quien cree en mí, Yo le invito
A creer siempre en mí, porque Yo le resucito.
Sangre de Cristo,
No el oro ni la plata
Nuestro rescate.
La Misión de Cristo
Siendo su juez
No vine a condenar sino a salvar el mundo

Mi verdad es que muero y resucito,
No es mi reino del mundo es de los cielos,
Salí del Padre Yo con sus anhelos
Eterna inmensidad del infinito.

Soy más que la Creación, su libro escrito,
Espíritu de amor de raudos vuelos
Divina intimidad de sus desvelos,
El triunfo de su gloria llevo inscrito.

Ofreciendo la paz al enemigo
Compartimos la misma intimidad
Existencia en esencia y unidad.

La verdad de su amor, mi eterno amigo,
Siendo el hijo de Dios soy fiel testigo,
Vivimos en la misma eternidad.
Resurrección
De la nueva Creación,
Misión de Cristo.
Pastor de su rebaño
El buen Pastor da su vida por sus ovejas muere y resucita
El redil de Cristo es la vida eterna

Cristo es el buen Pastor de su rebaño
No tan solo del pueblo de Israel,
La humanidad entera es de Emanuel
Que es el pueblo de Dios siempre de antaño.

Plenitud de la cumbre eterno hogaño
Eternidad del tiempo siempre en El,
Testifican Gabriel y san Miguel
Siglo veintiuno de hoy año por año.

Cristo muere y su muerte es infinita,
Tanto vale la vida del Cordero
Siendo el hijo de Dios, su mensajero.

Luz del mundo a los cielos resucita,
Sin piedad, le condujo al matadero
El mundo de tinieblas traicionero.
Entrega a Cristo
Con su amor que ama el mundo,
Dios que es eterno.
Plenitud de Dios y la Creación Cristo
Sabiduría de Dios estética divina
Elocuencia sublime y perfecta del no se que que queda balbuciendo

Plenitud de poder resuelve tantos menesteres
Luz viviente de luz es Dios de Dios todo alegría
Las entrañas de Dios, son fuente de sabiduría
E intimidad divina paternal en sus quehaceres.

Belleza espiritual divinizando sus quereres
Contempla eternamente y goza su fisonomía
Eterna inspiración que engendra y crea la poesía
Que es divina, sea por dentro o por fuera de los seres.

Cristo en plenitud cumbre humana y divina de poder
Pequeño esconde su grandeza, no tiene menester
Desprendido de todo, humilde y pobre hasta morir.

El amor y la paz del bien sumo en El, logra al hacer
Plenitud resucitar vida eterna y por vivir,
Gloria y vida de Dios la Creación invita a compartir.
Belleza plena,
Totalidad de ser
Que Cristo llena.
Mesías y Salvador Cristo
Mi Padre lo quiere y es mi Misión morir para resucitar
Salvar al mundo entero y entregarle la llave del reino de los cielos

Esta es la llave para abrir el reino de los cielos
Del dicho al hecho hay un gran trecho y se puede resolver,
Sin mí nada pueden hacer y en verdad es menester
Lo que van a lograr, es el mayor de mis anhelos.

Este es el verdadero amor de todos mis desvelos
Hacer siempre la voluntad de mi Padre, no puede ser
Sin mí, nadie puede cumplir como debe tal deber
De servirle con entrega total y el mayor celo.

Todos pueden conmigo siendo Yo su fortaleza
Porque el reino de los cielos requiere tal proeza
Que es el negarse a sí mismo en la cruz de la existencia.

Porque el reino de los cielos requiere tal violencia
Morir para resucitar es siempre necesario
Todo es posible para Dios, lo más extraordinario.
La Redención
El cáliz de la salvación
Lo bebo todo.
Divino sembrador Cristo
Ni el sol ni la lluvia del cielo vienen para nada sobre la tierra
Así la semilla de su Palabra germina para dar gloria a Dios en los cielos

Esperando su cosecha ser buena y bendecida
Salió el divino sembrador a sembrar su semilla,
La Palabra de Dios que es su divina maravilla
Y encontró la mejor tierra en la tierra prometida.

Y al brotar la cizaña como cosa maldecida
A la par con el trigo creciendo llega a la trilla,
Para entonces separarles decisión más sencilla
Cada cual yendo a su sitio la cosa bien servida.

Divino viñador que cuidas viñas y viveros
Y sabes distinguir el árbol bueno y verdadero
Del árbol malo con sus malos frutos dando nada.

Dichoso de beber escuchando el sonido de tu voz
El árbol bueno es como el justo y crece para Dios,
Y a la orilla de las aguas, da la fruta deseada.
La semilla
Divina maravilla,
Crece para Dios.
Petición a Cristo
Hazme misericordioso
Para obtener de ti misericordia

Tú que has hecho ver a los ciegos y hablar a los mudos
Y que dijiste al paralítico, levántate a andar
Se mi verdad, mi camino y mi vida para caminar,
Desáteme Señor de tantos miserables nudos.

Tú que prendido y desprendido en la cruz, desnudo
Diste tu vida al Padre salvando el mundo tanto amar,
Tú que moriste en la cruz para después resucitar
Ante la justicia divina, por piedad se mi escudo.

Tú que para la gloria haz renovado la Creación
Y todo el universo haz encendido en adoración,
Renuévame y enciéndeme para la vida eterna.

Por tu profunda herida de amor y tu resurrección,
Permíteme estar contigo la vida sempiterna
Y adorarte eternamente con todo el corazón.
Mis elegidos,
Tendrán misericordia
Si ellos la tienen.

Transparencia estética del reino

Transparencia estética del reino

Tratándose de la estética del reino de Dios enfatizamos que la economía del reino es su dimensión estética, esplendor de su belleza que es transparencia de la luz más pura.
No es ni lejana sombra de la gloria la de Bernini o la Sixtina por maravillosas que parezcan sugiriendo la belleza de Dios que es luz divina, siendo Cristo tan humano cual divino quien lo es floreciendo y madurando a plenitud en su bondad plena. Es la fruta sublime que madura con todas las riquezas que atesora su corazón, realidad superior a la razón aun en el mismo Dios que se identifica como amor eterno.
Y de la misma manera que el ser humano ha evolucionado en su economía como base de su subsistencia temporal y espacial también el plan de Dios evoluciona en sus perspectivas de los misterios del Cristianismo desde la Creación hasta la plenitud de gloria en la Revelación desarrollándose como historia de salvación hacia el florecimiento pleno del reino de Dios que es el paradigma del ser humano.
La conclusión de la economía derivando de sus premisas en la dinámica de su realización y viceversa no es en realidad círculo vicioso. Dios desde la eternidad de siempre distribuye en su íntima sociedad y con entrega total la riqueza del bien sumo en su vida divina. Es el punto de vista de Cristo al decir que lo primero es el reino de Dios y todo lo demás viene por añadidura. El, como enviado divino comprende que quien maravillosamente ha creado la humana naturaleza, determina hacernos participantes de la divina. Lo que para Dios no es un problema para el hombre lo es por mil razones en conflicto. Dentro de lo que somos y no somos y debemos ser, lo más grandioso después de este mensaje de Cristo viene a ser que somos su imagen y semejanza, capaces de conocer la verdad, amar el bien y decidir y elegir entre el bien y el mal con el uso de la humana y divina libertad. Y esta responsabilidad tiene la doble dimensión de lo personal de cada individuo y de su función social, tanto material como espiritual en el ámbito de la economía divina.
Después de los tantos siglos antes de Cristo y más de dos milenios después, la humanidad se ha convertido en un fenómeno de globalización universal. El fenómeno humano como sociedad ha parecido estar llegando al clímax de su integración total y requiere de la realización plena de una sana economía para su sobrevivencia temporal, espiritual y eterna. Si la humanidad se extingue de su existencia temporal no se hace posible más la continuidad del plan de Dios en el tiempo con su orientación y sus perspectivas a la eternidad.
Confiamos con absoluta certeza en la exquisita perfección de quien diseña en su esencia el perfil de lo bello que este momento sea el toque magistral del artista del hombre en su momento más grandioso del tiempo a la eternidad.

El reino de la economía
Es humana y divina material y espiritual
La economía de Dios

Es imagen de Dios el ser humano
Libertad y equidad en sociedad,
Dios existe por una eternidad
Y su ejemplo es perfecto y soberano.
Hijo del Padre enseña a sus hermanos
Cuanto ha visto en divina claridad
A la luz del amor, la caridad
Del sumo bien entre sus llenas manos.
Menesteres al hombre le acontecen,
Sea el orden responsable a su manera
Al Cesar lo que al Cesar le parece.
Y a Dios lo que es de Dios, le pertenece
Espíritu de amor y el alma entera,
Lo demás acontece como quiera.
Todo vendrá…
Consciente de su reino
Añadidura.
El ajuste de ser justo
La justicia social sí se puede y sí se debe y alcanza para todos
Distribuyendo conmutativamente siendo equitativa

Ven justicia social, real Cristianismo
La equidad y el trabajo es tu poder
Que el capital no debe corromper,
Tal corrompe también el comunismo.

Ven justicia social, se el humanismo
Que al ser humano le hace menester
Nadie debe quedarse sin comer,
Realidad que hace un recto socialismo.

Ven justicia social, bien material
Responsable del bien espiritual,
Haz el bien para bien del ser humano.

Ven justicia social dando la mano
De todo corazón a cada hermano,
Ven justica social al mundo real.
En sociedad,
Realidad del ideal
Justicia social.
Economía universal
Solo Dios es siempre ganar por ganar
El nunca pierde

El plan del universo es para todos
La economía gobierna el mundo entero
Y es global sea si quiero o no lo quiero,
Como El quiera, será de todos modos.

Avaricia es dinero hasta los codos
Del poder del dinero traicionero,
Dios hizo La Creación, fue sin dinero
Y es de todos el todo, sin sus lodos.

El reino hay que buscar de su justicia,
Lo demás viene por añadidura
Porque el juicio de Dios ve la cordura.

Las cosas como son parecen duras,
La justicia divina las madura
Mirando eternas todas sus delicias.
Al fin de cuentas,
Dios paga la jornada
Y arregla cuentas.
La actividad del reino
Tal cual le place le complace
Amando orando y trabajando en Dios

El hombre que ama a Dios lo tiene todo
Le sirve siempre con total empeño
Disfrutando el más noble desempeño,
No le importan riquezas ni sus lodos.

Le gusta complacer de todos modos,
No le importa sea grande o sea pequeño
Si es humilde o es grandioso su diseño,
Trabaja complaciente a su acomodo.

No discute jamás sus decisiones
Sujeto sin ningunas condiciones,
Persistente su determinación.

Ora siempre y se entrega a la oración
En busca de divina inspiración,
El hombre que ama a Dios sin proporciones.
El hombre ora
Igual como respira,
Dios se lo inspira.
Ciento por uno y vida eterna
Por el reino de Dios da cuanto tienes
Despréndete de todo y sígueme

El inmenso infinito no se poda
En el triángulo de la sabiduría,
Está en la cumbre de la poesía
Sangre de Cristo derramada toda.

Estética divina humana moda
Exactitud exacta, en armonía
De perfecta y eterna economía,
La belleza de Dios se gasta toda.

Se entrega hasta morir amor tan tierno
Divino amor, su economía toda,
Nada tiene que ver con el infierno.

Dios y hombre en su muerte da la vida
Siendo entrega total Dios sempiterno,
Y resucita con la misma herida.
Su transparencia
Divina economía,
El mismo Cristo.
En su esencia espiritual
Los caminos de la verdad se identifican
En la autenticidad de ser

Si es verdad en verdad Cristo divino
Y verdad la verdad del Cristianismo
Encontrarse en verdad con su destino
No le sirve al hipócrita cinismo.

No le sirve de amor divino abismo
A quien niega seguir por su camino
El de Cristo negándose a sí mismo
E inmortal reencarnar pleno en su sino.

Para integrarse a la inmortalidad
Es necesaria la autenticidad,
Tal se exige al hombre espiritual.

Realidad de la humana integridad
Logra en el hombre la fidelidad,
Su conciencia en el ser, Dios inmortal.
Autenticidad,
Esencia de verdad
Espiritual.
Economía del reino
Las riquezas de Dios superan la razón
Siendo el tesoro de su corazón

Con la sangre de Cristo, no oro y plata,
La maldad al infierno precipita
Y soberbia del odio que le irrita,
La libertad del hombre se desata.

Resucita a la vida amor que mata,
Vivir eternamente Dios le invita
A su vida divina e infinita
Vida eterna del hombre, nadie le ata.

Mano abierta el Creador y su ternura,
La economía del reino no es dinero
Señor del mundo vano y traicionero.

Dios, su reino en los cielos lo madura
Divina su riqueza, sin razón
Siendo el tesoro de su corazón.
Ante el pórtico,
Con los cielos la gloria
Cristo, el hombre.
La pureza del reino
Bien aventurados los limpios de corazón
Porque verán a Dios

El fruto bueno o malo en su sazón
Amor de Dios luciendo su ternura
El bien del mal discierne su luz pura
Claro y seguro como es su corazón.

Por eso existe la resurrección,
Necesaria en verdad tal conjetura
Afirma eterno amor y lo asegura
Y no hay lugar para contradicción.

Ver a Dios cara a cara y sin pecado
Como Ángeles de Dios que lo han hallado
Y mirándolo en El, en su existencia.

Rey del cielo y los cielos su vivencia,
¡Ven tesoro tan grande para el hombre
Sus riquezas, la gloria de su nombre!
La gloria es mía
Pero también es tuya
Siendo de Cristo.
Plenitud de la gloria
Irremisiblemente el plan de Dios

A Dios y a Cristo y a la eternidad
El bien hacer y el mal vencer les place,
Eterna libertad les satisface
Y el criterio intachable de verdad.

Se define en su eterna libertad
Al plantearse que se hace o se deshace,
Viendo el bien que es mejor y que complace
A justicia afianzada en su bondad.

Amor elige a quienes han amado
Y el reino de los cielos lo han logrado,
Dios glorifica su divinidad.

Cristo pleno perfecta claridad
Eligiendo a quienes ha salvado,
¡Glorifica también la humanidad!
Ninguna pena,
Lo divino y lo humano
La gloria plena.

La intimidad de Dios
Esplendor de la belleza de Dios es su reino
Y está dentro de nosotros

La intimidad divina es mundo interno
De Dios belleza la perfecta cosa
De los cielos la más esplendorosa
Y en su medio divino amor eterno.

Las tinieblas del mal en el averno
Satánica fealdad no más hermosa
Es sin fin la desgracia espantosa
Intimidad sin Dios todo el infierno.

Luz verdadera y saciedad divina
La excelsa plenitud de sus anhelos,
La intimidad de Dios ya sin recelos.

Victorioso el amor que no declina
El triunfo de su gloria que ilumina,
La intimidad de Dios, ¡reina en los cielos!
El reino de Dios,
Intimidad del alma
Y de la gloria.