La Navidad realidad de fe
La Navidad trasciende la realidad del hombre, el espacio y el tiempo y la misma historia. La Navidad es la dimensión eterna de lo humano y lo divino, inmensidad infinita en la intimidad de Dios eterno. Y el hombre es creado a imagen y semejanza de Dios no solo porque le infunde un soplo de vida, sino porque el sentido de la familia humana es imagen y semejanza de lo esencial que acontece en la vida divina. Es Cristo el Mesías quien nos revela esta realidad que acontece en su nacimiento al nacer la Navidad.
Filosofía y poesía mística de la realidad de Cristo hace posible el medio divino de la vida íntima de Dios en el hombre, compartiendo en unidad personal tanto la naturaleza divina como humana. Digo filosofía por amistad a la sabiduría que en su revelación, es El mismo que se proclama hijo de Dios y también se refiere a sí mismo como el hijo del hombre nacido de la Virgen María, siendo desde la eternidad y anteriormente a todo lo creado el hijo de Dios vivo a quien llama Padre con quien tiene la identidad de ser único Dios. La realidad mística de Cristo es su cuerpo místico proyección de la alegoría de la vid y los sarmientos.
El testimonio de Cristo nos revela la vida de Dios siendo El esa vida de una manera singular, como lo es la del Padre que engendra dando la vida a Él, siendo hijo de sus entrañas paternales. Y lo declara explícitamente y lo refiere a El mismo en la Eucaristía señalando que como su Padre le da la vida esa vida nos la da a nosotros alimentándonos de su cuerpo y sangre que es verdadero manjar y bebida que nutre para la vida eterna.
La Palabra de Dios escrita después de haber sido revelada en los hechos históricos, proféticos, poéticos, didácticos de la Biblia, al fin de cuentas, está orientada a la revelación y a la misión de Cristo como Mesías. Y esta misión en esencia es la buena nueva de revelarnos el conocimiento de Dios como Padre y su relación filial con Él y con nosotros.
La oración del Padre nuestro es el testimonio y la síntesis perfecta de su misión. Aunque hace hincapié Cristo declarando al anunciar su partida voy a mi Padre y vuestro Padre, a mi Dios y a vuestro Dios. Evidentemente lo comprendemos, Cristo es el hijo único natural de Dios y nosotros sus hermanos por gracia hijos adoptivos y coherederos de su gloria.
Cuando el apóstol Felipe le pregunta y comenta con esta súplica de enséñanos al Padre y esto nos basta, Cristo contesta, quien me ve a mi está viendo al Padre. La revelación de Dios eterno es la de conocer al invisible en sí mismo y desconocido a la mirada de todos, que solamente logramos conocerlo en la realidad personal de su ser por Cristo en El y por El. Lo declara explícitamente diciendo que nadie conoce al Padre sino el Hijo y aquel a quien deciden revelarlo. Y añade, si alguno me ama mi Padre le amará y vendremos para hacer allí nuestra morada. Por ello es que el evangelista comenta que el Verbo se hizo carne y puso su morada en medio de nosotros.
El cuerpo de Cristo es por excelencia y en realidad el templo mismo de Dios. De allí su desafío a los judíos sobre su autoridad mesiánica diciéndoles, destruid este templo y Yo lo reedificare en tres días. La semilla de la Palabra eterna nace de una Virgen que concibe y acontece su alumbramiento bajo la sombra en su vientre virginal por obra y gracia del Espíritu de Dios. Cristo nace, la Navidad misma y es hijo del altísimo, hijo de Dios. Gran maravilla que la Virgen da a luz con su virginidad inmaculada, siendo virgen antes del parto en el parto y después del parto como privilegio divino y por su honor.
La alegoría bíblica exclama, nos ha nacido un Niño. Y Cristo en la parábola del sembrador nos hace saber que la palabra de Dios es la semilla. Esta semilla de vida interior es el grano de trigo que debe morir para ser fecundo y finalmente es la vida de Cristo en nosotros. El Apóstol San Pablo pregona morimos con Cristo para resucitar con El. Y también nos dice, no soy yo sino Cristo quien vive en mí. Cristo es la vida de Dios en el hombre por la fe y por el amor. Toda esta realidad mística brota de la Navidad y la resurrección cuando Cristo sin remover la piedra del sepulcro, resucita como lo tenía predicho.
La realidad de la fe supera todo conocimiento y a Cristo no se le conoce en la realidad de ser quien es sino por la fe. La fe es esencialmente el conocimiento de Dios y de lo divino que se convertirá eventualmente en la visión beatífica de los bien aventurados. La Navidad de fe que como esperanza mostrará su fruto cierto, fruto bendito que vendrá a ser el triunfo eterno del amor divino, siendo la felicidad suprema de Dios nuestra propia felicidad. Donde este Yo allí estarán quienes creyendo en mí compartieron fieles mi propio testimonio. Promesa de Cristo.
Pintando la Navidad
Espacio de dimisión espiritual de sonetos y un villancico navideño
La experiencia de Navidad
En lo profundo de la fe del alma humana la intimidad interior de Navidad es el amor en todo su esplendor.
La Navidad en concierto es también pictórica visión del ser divino. Cristo es armonía y realidad de la belleza a perfección para quienes creemos en El. En el silencio del alma se convierte en visión beatífica.
En su intimidad oímos y miramos a Dios eternidad que canta la música del alma en el silencio inefable que divinamente nos encanta.
La visión de su ser el éxtasis total del pensamiento es belleza del eterno entendimiento y la visión beatífica de Dios.
El gozo eterno del amor que siendo el bien sumo es la saciedad del alma. Visión cuyo esplendor resplandece en total contemplación divina. La inmensidad de la perfecta belleza esencia y existencia a perfección en el ser infinito.
Venid benditos de mi Padre al reino de los cielos nacido en Navidad.
La Navidad es la fe de nacer y renacer en la plenitud del ser, Cristo realmente total.
El Adviento
Distintos de los nuestros los caminos de Dios son un misterio
Cristo camino verdad y vida eterna se hace nuestro.
Adviento y Navidad es Dios que viene
Más que el viento que sopla donde quiere
Espíritu de amor cuando prefiere,
Su gracia y libertad cual le conviene.
La fuerza del destino la sostiene
Busca el alma inmortal que nunca muere
Hiriéndonos de amor cuando nos hiere,
La eterna voluntad, a Dios se atiene.
Para Dios es la cosa bien sencilla,
Llueve el cielo el tesoro de su mina
Y nace el Salvador, la luz divina.
Luz del mundo que al mundo lo ilumina
La tierra en paz, crecida su semilla
La Palabra de Dios, su maravilla.
La luz del viento,
Prepara Navidad
En el Adviento.
La Inmaculada Concepción
Le pureza de Dios es esencial a su naturaleza
Lo es a la sombra de su Espíritu cubriendo el vientre virginal de María.
La Palabra de Dios, su encarnación
Es el cuerpo de Cristo por formar
Y es privilegio de la concepción
La pureza de Dios en su lugar.
La sombra del Espíritu va a obrar
Sobre el misterio de la anunciación,
De sepultado, va a resucitar
Cristo glorioso en su resurrección.
Y la Virgen da a luz la eterna voz,
Concebido y nacido el encarnado
Ha vencido la muerte y el pecado.
Es la nueva Creación digna de Dios
Su pureza en el Verbo transformado,
Cristo, vino a vivir resucitado.
Le concibió
Sin pecado original,
La Inmaculada.
Misión de Cristo
No he venido a condenar al mundo sino a salvarlo del pecado y la muerte
Resucitando a la gloria del amor eterno.
Redimir la Creación es plan conciso;
Venga tu reino de allí de done estás,
Triunfa el bien sobre el mal Cristo eficaz
Tu voluntad lo quiere y es preciso.
Fue el amor justamente quien lo hizo
Siendo Padre del Príncipe de paz
Emperador del reino, Dios nomás,
Justicia del amor así lo quiso.
Siendo el Hijo del Padre Cristo amado
De Virgen nace y muere traspasado,
La Palabra de Dios es la semilla.
Divino fruto es plena maravilla
Que resucita siendo sepultado,
Y a toda la Creación la ha renovado.
El nace y muere
Y renueva la Creación,
Resucitando.
Villancico al Niño Dios
Desde Miami Florida
Entonado por ángeles pastores y pecadores
Redimidos o por redimir.
Cantemos un villancico
Hoy al hijo de María
Que esta noche ella ha parido
Al Niño Dios que es Mesías.
Junto al recién nacido
Hay amor y hay alegría
Acerquémonos alegres
A beber sabiduría.
Entonamos estos versos
A luceros infinitos,
Duerme Niño pequeñito
Más grande que el universo.
Es de la tierra tu llanto,
¡Oh divino Emanuel!
De la Virgen de Israel
Y del Espíritu Santo.
El Padre que te acaricia
Cielo y tierra en armonía
Mientras tu faz sonreía
De eterno amor, son albricias.
Esta noche es Nochebuena
Navidad y eterno día,
Esta eterna poesía
Son Jesús José y María.
Navidad que nace
Con Cristo la humanidad entera peregrina en la tierra
Nacemos y peregrinamos a la vida eterna.
Profético el edicto que es divino
Compartamos con ellos la jornada
María y José por Cristo de camino,
Con ellos pediremos la posada.
Nueve meses estuvo embarazada
Pacientes soportando desatinos
Por llegar a Belén, fue su destino,
La Virgen pare sin dolor cansada.
Nace Cristo con gloria y regocijo
Del universo el Rey de Dios el hijo,
Con ángeles que bajan de los cielos.
Los pastores lo adoran, es su anhelo,
Y de Herodes escapan los estragos
Adorando también los reyes magos.
Fue profecía,
De la Virgen María
Su nacimiento.
La verdadera Navidad
Escueta y desnuda realidad que celebra el nacimiento de Cristo
Es un hecho maravilloso ser gloria de Dios en el cielo y paz de la tierra.
Cristo existe eterno en el Creador
Y renace con toda la Creación
Divino sacerdote y redentor,
Siendo el hijo de Dios en oblación.
Da su vida y se entrega por amor
A la muerte y a la resurrección,
Es divina palabra, el salvador
Y el reino de la paz en su misión.
Los ángeles adoran su destino
La unión del ser humano y el divino,
Luz eterna, divina su memoria.
Trasciende la Creación y esa es su historia,
De todo el universo la victoria
El es la Navidad de nuestro sino.
¡Ven Navidad,
Llamada del destino
Al ser divino!
La eterna Navidad
Plenitud del tiempo cuando Cristo nace
Y toda la Creación del universo que renace eternamente.
Es Nochebuena y Navidad mañana
Trascendiendo a la fe y a la razón
La Creación que es divina inspiración
De Dios, el universo todo emana.
Paz en la tierra de su fondo mana
Viendo al Hijo de Dios, su encarnación,
Los cielos triunfan su victoria gana
El testimonio de su resurrección.
Los ángeles lo aclaman por su gloria
Y a adorar los pastores han venido,
Humano a lo divino en Cristo unido.
El pesebre y la paja son su nido
Y es Belén de Judá reconocido
Siendo allí que el Mesías ha nacido
Nochebuena hoy,
Y Navidad mañana
Eterna emana.
Navidad esencial
Esencia de la existencia la Palabra de Dios hacia la plenitud de ser
Cristo adoración gloria y resurrección de la Nueva Creación.
No absurdo panteísmo, real locura
Del ser humano en su divinidad,
Reconozco de Dios la humanidad,
El, todo en todo en todas sus creaturas.
Supera la razón, se transfigura,
Convierte el tiempo en eternidad
Total el universo en la verdad,
El, Dios y hombre en toda su figura.
Es la esencia de Cristo en Navidad
Luz del mundo con plena claridad,
Amor divino y toda su aventura.
Da su vida, entrañable caridad
De las entrañas de su paternidad,
Piedra de toque de toda su estructura.
Nueva Creación
Y Templo reconstruido,
¡La Resurrección!
Homenaje a la Navidad
Amor eterno homenaje de ser y de nacer
De morir resucitar y renacer a la vida eterna.
Cielo y tierra se llenan de contento;
El celebrar de la divinidad
En beneficio de la humanidad,
Divino como humano el gran evento.
Dios enciende el divino pensamiento
Del tiempo en plenitud, la eternidad,
Luz del mundo y divina claridad
Al alcance de todo entendimiento.
Entero el universo se derrama
En cascada de amor, tanto nos ama
La eternidad partida por mitad.
Beso eterno de amor y de amistad
La Palabra de Dios, es concebida,
¡Aleluya y Shalom en paz unida.
Dios en cascada,
Partiendo a la mitad
Su eternidad.
Navidad plenitud de nacer
Que trasciende la historia y el plan del Creador y la Creación
La plenitud de ser y de nacer que existe en Dios intimidad de Cristo Dios y hombre.
Navidad para Dios poder nacer
Como luz de su ser eternamente,
Padre e Hijo al amarse mutuamente
Siendo amor personal a su entender.
Navidad para Cristo es renacer
Y en el hombre ser Dios humanamente,
Con ser divino en sí divinamente
Siendo nueva Creación por conocer.
Navidad de los cielos en la tierra
Es el reino de Dios, no solo historia,
La misma eternidad divina gloria.
Eterna paz y el triunfo de la guerra
Sin las huellas del mal, sin nada adverso
Al cántico de Dios y su universo.
Nacer del ser
Y eterno renacer,
Dios en la Creación.
Navidad plenitud de nacer
Que trasciende la historia y el plan del Creador y la Creación
La plenitud de ser y de nacer que existe en Dios intimidad de Cristo Dios y hombre.
Navidad para Dios poder nacer
Como luz de su ser eternamente,
Padre e Hijo al amarse mutuamente
Siendo amor personal a su entender.
Navidad para Cristo es renacer
Y en el hombre ser Dios humanamente,
Con ser divino en sí divinamente
Siendo nueva Creación por conocer.
Navidad de los cielos en la tierra
Es el reino de Dios, no solo historia,
La misma eternidad divina gloria.
Eterna paz y el triunfo de la guerra
Sin las huellas del mal, sin nada adverso
Al cántico de Dios y su universo.
Nacer del ser
Y eterno renacer,
Dios en la Creación.
Navidad la gran espera
Fe del amor que la vida de Dios es gran espera
Grito feliz de la esperanza que nunca desespera.
Si amor divino con amor discierno
La verdad del amor es más verdad,
Efímero cual soy en realidad
Momentos de mi ser son algo eterno.
Cristo es luz y encendida claridad
A pesar de las fuerzas del Averno
La soberbia y el odio del infierno,
Es posible iniciar la eternidad.
El Creador, la Creación no es fantasía,
Su encuentro de felicidad divina
Lo comparte feliz con su alegría.
Al reino de los cielos nos destina
La realidad ideal, no la imagina,
Es la gloria de su sabiduría.
La Navidad,
Es divina esperanza
Que a Dios alcanza.
Trilogía navideña
Maravilloso preámbulo que precede a la Navidad
Y epílogo de amor del amor eterno.
Navidad renacimiento del Verbo
La eternidad de Dios su intimidad de vida y de amor
Maravilloso preámbulo de Navidad.
Sin principio es principio y así es Dios
La Palabra divina eternamente,
Es la eterna evidencia de su mente
Sin sonido es sonido, eterna voz.
Seguir a Cristo de la luz en pos,
Es Dios mismo, divino y elocuente
Su manantial como divina fuente,
Superior a la espada y a la hoz.
Es el preámbulo de Navidad
Que Dios preexiste en la eternidad,
El Creador, la Creación, todo se asombre.
Renaciendo en Cristo la verdad
En el nombre del Padre y por su nombre,
Nace el Hijo de Dios y se hace hombre.
Miró y lo quiso,
Y encarnó el Verbo de Dios
Humanamente.
Dios en sí mismo
La intimidad de Dios es un abismo inmenso
Infinitamente más alto que los cielos.
Presente en la Creación bella elocuencia
El ser de la grandeza sobrehumana
Y vida eterna que infinita emana,
La Palabra de Dios, tu pertenencia.
Le rindo adoración a tu presencia
Divina realidad del alma humana
Descubriendo esa fuerza soberana,
Eres Dios en tu esencia y existencia.
Tu eternidad de ser plena evidencia
Es universo de tu inteligencia,
La visión de tu ser, divino abismo.
Eres luz interior, clarividencia
Y absoluta verdad, y la eminencia
En que exulta el amor al amor mismo.
¡Divino abismo
Infinito e insondable,
Dios en sí mismo!
Navidad divina desnudez
La riqueza de Dios es para el hombre el amor y la paz
El reino de Dios y su justicia con la bienaventuranza del bien sumo.
Divina desnudez es su riqueza
Y honor a la verdad, eso le importa,
Fue cruda realidad y la soporta
El pesebre, la paja y la pobreza.
El corazón de Dios, su vena aorta
El divino Pastor en la dehesa
Que es Cordero de Dios sobre la mesa,
Largueza en redimir, no queda corta.
No nos redime plata ni dinero
Sino Cristo divino mensajero,
Es luz del mundo, la del Padre eterno.
Palpita gloria todo el corazón
La nueva sangre de su resurrección,
El Mesías, su triunfo sempiterno.
El nace pobre,
Su rica desnudez
Es ser divino.
Amor de Dios la Navidad
Creación y redención de un mundo nuevo
Cristo gloria y honor la intimidad de la vida de Dios y el triunfo de su amor.
Cual divino y humano amanecer
La Palabra de Dios enamorada
Universo de Dios, mar en cascada
La Navidad comienza a acontecer.
La persona del Verbo ya encarnada
Es el Hijo de Dios, Cristo al nacer
Es sustancia del Padre y renacer
De una nueva Creación glorificada.
Cristo muere y después resucitado
Es el grano de trigo fermentado,
Eterno amor de amor enamorado.
Su divino poder, santificando
Va la gloria de Dios glorificando,
Los ángeles y el hombre transformados.
Cristo es Navidad,
Epílogo de amor
Del Hombre Dios.
jueves, 20 de diciembre de 2012
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